Ayer vimos Christopher Robin: un reencuentro inolvidable (2018), de Marc Foster (Guerra Mundial Z, 007: Quantum, Descubriendo Nunca Jamás) con el magnífico Ewan McGregor, y de solo empezar a escribir esta reseña me dan ganas de llorar de vuelta. 

Casi nadie lo sabe -ni tendrían porqué saberlo- pero Winnie Pooh es mi personaje ficticio infantil favorito. Hablar de mi infancia es, entre muchas cosas, recordar el montón de objetos que tenía del oso más lindo del mundo, de los cuentos y las comiquitas que no me perdía en Disney Channel. 

La película me dio ahí, justo en la infancia. Me hizo recordar cientos de mañanas frente al tv comiendo cereal, libros de colorear, peluches, vidrieras de centro comercial y una pequeña yo rogándole a mamá por más cosas de Winnie, libros releídos y casi memorizados, ilustraciones calcadas por todos lados y una ternura inagotable. 

La animación de los personajes me gustó muchísimo, el ritmo de la película igual, ni hablar de Tigger y su canción de los Tiggers ni de Ígor y su profundo pesimismo que lo hace de mis preferidos, pero lo que más me gustó fue el guión. 

Los diálogos de Winnie están muy apegados al personaje de los libros, llenos de una realidad tierna que me resultaron siempre profundamente filosóficos. Lo que muchos encuentran en El Principito (Antoine de Saint-Exupéry) yo lo encontré en los libros de Alan Alexander Milne. 

Aparte, McGregor como Christopher Robin le suma toda la ternura de la cual era capaz. Es una película para toda la familia. Por más adulto que seas, te va a enternecer (de hecho, creo que mientras más grande, más tierna va a resultar). Y para aquellos que somos fans, que leímos los libros, que vimos las caricaturas de Disney, esta cinta es una joya. 


Quiero verla de nuevo, pero les juro que me dolía el pecho a causa de toda la ternura y emoción que sentía en cada escena, sobre todo en aquellas donde Pooh está en su tronco, en el cual suele sentarse a pensar.

Con el puntaje para esta cinta no creo en nadie... 

10

Antes de leer Los Miserables no había visto ninguna de las adaptaciones del cine. La del '98 parece que nunca se me cruzó en el camino y la de 2012 porque era un musical y porque sabía de la novela y dije que algún día la leería.


Después de terminar de leerlo, Gianny descargó ambas versiones para que pudiera verlas. La primera fue la de 2012, con Hugh Jackman como Jean Valjean, Russell Crowe como Javert, Anne Hathaway como Fantine, Amanda Seyfried como Cosette, Eddie Redmayne como Marius y Sacha Baron Cohen junto a Helena Bonham Carter como los repudiables Thénardier. 

De esta me volvió un poco loca lo del musical, la verdad no me pareció acertado. Rescato la buena interpretación del sufrimiento de Fantine, estuvo bastante realista. Pero me parece que fue muy superficial el abordaje de Javert, al igual que de Marius. Me gustó que los Thénardier tuvieron mucha presencia, tal como en el libro y que fuesen tan aborrecibles como en la obra. Estuvo genial que cerraran la película pero me resultó un resumen exageradamente breve además de hacerme mucho ruido los detalles de la película que cambiaron sin aparente necesidad (como por ejemplo cambiar el trozo del frac de Marius por un anillo).

Recientemente vimos la del '98, protagonizada por excelentes actores: Uma Thurman como Fantine, Liam Nesson como Jean Valjean, Geoffrey Rush como Javert, Hans Matheson como Marius y Claire Danes como Cosette.


Esta me gustó más porque no era musical. La actuación de Nesson como Valjean me satisfizo muchísimo y Geoffrey Rush fue un perfecto e inmejorable Javert. Rescato que en esta dieron buena importancia al personaje de Gavroche, que particularmente me resultó interesantísimo en el libro. Pero no pude evitar sentir malestar ante tantos olvidos y detalles cambiados.

En esta versión del '98 la aparición de los Thénardier es brevísima y no tienen casi nada que ver con la historia. En unas primeras escenas, cuando Jean Valjean roba al obispo, lo golpea, cosa que jamás hizo en el libro, como tampoco golpeó jamás a Cosette.

El film cierra con la liberación de Valjean de la sombra de Javert, privando así al espectador del capítulo más importante de toda la obra de Víctor Hugo: "Sombra suprema, supremo amanecer".

Entiendo, entonces, que difícilmente pueda ver una película de Los Miserables que le haga honor, primero por la cantidad de detalles que tiene el libro y segundo por lo distinto de los formatos. Así, pues, me faltaría ver solo una adaptación teatral (que probablemente tampoco me agrade mucho, ya que no soy amante del teatro).

El 11 de enero de 2016 decidí comprar Baila, baila, baila, de Murakami. El japonés me era totalmente desconocido. Lo compré, pese a su elevado costo (al menos para mi presupuesto), por dos razones: el título y la portada. Ambas cosas me llamaron muchísimo la atención, además veía muchos otros libros del mismo autor. Algo me dijo que tenía que darle la oportunidad.

Una de las más lindas decisiones que he tomado. 10 días después ya había terminado con el grueso tomo. Seguí con Tokio Blues y después de ese, todos con una velocidad que me sorprendía, leí en orden: Hombres sin mujeresAfter dark, Los años de peregrinación del chico sin color, Al sur de la frontera, al oeste del sol, Después del terremoto Kafka en la orilla.

Pasé más de un año sin leer nada de Murakami. No es que no quisiera, pero sus libros no son económicos y me tomó bastante tiempo empezar a leer libros digitales. Sputnik, mi amor es el noveno libro de Haruki Murakami que leo y es el correspondiente a "Best Seller" de mi reto literario.

Para mi sorpresa, el libro no me gustó. La considero, entre las leídas, su obra más floja. La historia divaga demasiado para mi gusto y no encontré hacer clic en ninguna parte. Disfruté, claro, de los que ya considero los lugares comunes de Murakami que me satisfacen al leerlo: la soledad, el amor, la lógica, el descubrimiento de sí mismo, la música, la amistad y el significado de las relaciones. Sin embargo, el abordaje me resultó superfluo y la narrativa muy distante.

Una historia exageradamente abierta que me dejó un sinsabor. Recuerdo que cuando empecé a leer Kafka en la orilla, un préstamo de Denis Mafla (jamás voy a olvidar el favorsote que me hiciste) pensé: "va a llegar el momento en el que un libro de este tipo no me guste". Solo que no pasó con ese título, que es mi segundo favorito. Pero sí con este. No me decepciona ni me aleja de Murakami. Es imposible que, habiendo publicado tantos libros, los encuentre todos igual de interesantes.

No es un libro que le diría a alguien que no leyera. Solo que pondría los otros 8 que leí antes que este.