En el fin de año...
Hace años aprendí algo, y es que la gente hace siempre lo mismo. Las costumbres prevalecen, por más estúpidas que sean. En este mes hay muchas de esas costumbres.
Todos los años, en diciembre, la gente empieza a auto prometerse cosas que nunca cumplen. Particularmente, el 31 de diciembre cada persona se toma un lapso de tiempo para hablar con su yo interior. «El próximo año me compraré un carro», «cuidaré más lo que como», «buscaré un mejor trabajo», «terminaré mis estudios», «leeré un libro» y un sin fin de cosas, pero ¿la gente hace algo, aunque sea mínimo, para cumplir esas metas que se proponen? Realmente, no.

¿Es realmente el ser humano capaz de creer que con solo desear algo, va a cumplirse, sin hacer ningún esfuerzo?
Otra cosa que no entiendo es, por qué tienen que esperar diciembre para dibujar horizontes, prometerse cosas y canalizar nuevas metas. ¿Solo en diciembre queremos mejorar nuestra calidad de vida? Es absurdo.
Si deseamos algo, lo lógico es luchar por obtenerlo, no quedarnos esperando a que los deseos navideños den resultado. Lo siento, pero tampoco Santa lo hará.

Otra costumbre común es la de ponerse ropa interior amarilla para que el próximo año esté lleno de suerte… Ah, importante, la ropa interior debe ir al revés. Claro, es que es lógico, el amarillo trae suerte, como arte de magia, a tu vida. De nuevo, ¿¡Es en serio?! Si la suerte existe o no, es otro tema. Pero si existe, no va a llegarte por usar ropa interior amarilla, al revés, el 31 de diciembre.
Son el tipo de costumbres a las que no encuentro razón, sentido ni motivo.
Si quieres conseguir cosas, trabaja para obtenerlas. Mentalízate y fija tus metas. Con voluntad y empeño conseguirás lo que quieres, pero no te aferres a costumbres que no van a dar resultado.
Ahora que estamos a una semana del fin de año, las uvas están agotadas, las maletas desempolvadas y la ropa interior amarilla ¡se vende!
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