"The Dressmaker": historia de una venganza con elegancia
La delicadeza, belleza, estética y elegancia de The Dressmaker (2015) harán que nos
aprendamos definitivamente el nombre de Jocelyn Moorhouse. No es la primera
película de la australiana, pero sí la que nos llega y justamente para
enamorarnos de su dirección. En principio creí estar viendo un film dirigido
por Wes Anderson, y es que Jocelyn tiene ese mismo cuidado estético, esa misma
combinación de colores y formas en el plano, esa misma asertividad para escoger
el reparto y para dar gran peculiaridad a los personajes.
La
película, ambientada en los años '50 y que se desarrolla en Dungatar, un pueblo australiano, es divertida, «sinsentido» y misteriosa. El sinsentido termina
teniendo todo el sentido necesario, pero es entretenido sentir hasta muy
avanzada la película que no lo tiene, cosa que demuestra maestría por parte de
Moorhouse.
El reparto demuestra un compromiso inigualable. Una madurísima Kate Winslet resplandece en belleza y elegancia, pero también en inseguridades y deseos de venganza. Bien por Liam Hemsworth, quien —de seguir obteniendo papeles así— parece que logrará salir de la sombra de su hermano. Su actuación no es trascendental pero sí nos deja ver una cara más amena de él. Judy Davis es simplemente impecable. Su rol es llevado sin precauciones, su actuación me resultó dominante. Y el más extravagante de todos: Hugo Weaving. Su papel, junto al de Davis, se mantiene refrescando, constantemente, la historia.
El reparto demuestra un compromiso inigualable. Una madurísima Kate Winslet resplandece en belleza y elegancia, pero también en inseguridades y deseos de venganza. Bien por Liam Hemsworth, quien —de seguir obteniendo papeles así— parece que logrará salir de la sombra de su hermano. Su actuación no es trascendental pero sí nos deja ver una cara más amena de él. Judy Davis es simplemente impecable. Su rol es llevado sin precauciones, su actuación me resultó dominante. Y el más extravagante de todos: Hugo Weaving. Su papel, junto al de Davis, se mantiene refrescando, constantemente, la historia.
La
historia, entre diversión y excentricidades, esconde un drama que en su punto
álgido es muy entristecedor. Los niveles de emociones son llevados con cuidado,
pero sin restricciones. Vemos el poder humano de la transformación, la
celeridad de la venganza, los prejuicios de una sociedad en decadencia y las consecuencias de los traumas sufridos en la
niñez. El film nos hace pensar en aquellas cosas nunca resueltas, y en que
estas siempre terminan volviendo, por lo cual llega el momento de encarar,
resolver y continuar.
Una
película extravagante, sencilla y admirable.
8,6★
Que maravillosa reseña Ale!!! Coincido completamente!
ResponderEliminarCuan necesario, y sano, es cerrar dolores de la infancia para tener una adultez con menos peso tóxico.
GRACIAS por compartir amiga!!! Es un verdadero placer leerte!