El color púrpura; Alice Walker
El color púrpura es una famosa
película dirigida por Spielberg de 1985, protagonizada por la talentosísima Whoopi
Goldberg, Danny Glover y Oprah Winfrey. Pero la historia no es original del
director. Está basada en la novela del mismo nombre, escrita en 1982 por la
norteamericana Alice Walker.
En 1983, Walker ganó el Pulitzer
por su novela epistolar que relata la vida de una mujer afroamericana en la
Georgia rural, al sur de los Estados Unidos, conocido por ser un estado donde
la esclavitud y el racismo eran absolutos.
En este libro no existen capítulos.
Son todos cartas, una detrás de otra, donde Celie (la protagonista) le escribe
primero a Dios. Así, nos enteramos que desde muy pequeña sufrió mucho a manos
de su padre. Cuando finalmente la dan en matrimonio, el esposo la separa de su
hermana, Nettie, la otra persona a quien van dirigidas las cartas.
En el intercambio epistolar entre
estas dos hermanas —atemporal, ya que las cartas de Nattie, enviadas desde
África, no le fueron entregadas a Celie sino mucho tiempo después— nos vemos
envuelto en una historia muy dramática, donde las mujeres, en particular
nuestra protagonista, son dominadas por el sexo opuesto, y donde el racismo
marca la vida de todos los personajes.
Shug, la mujer que cambia por
completo la vida de Celie, es la personificación de lo distinto entre tantas
reglas sociales impuestas. Una mujer negra muy famosa entre los suyos por
cantar en bares y tabernas, que vivió su vida siempre de forma independiente,
sin casarse, y que aprendió todas las formas del amor y la desilusión. Su
aparición en la novela cambia el tono de la historia, haciéndola aún más interesante.
La relación de Celie con Dios,
sus hijastros, su marido, sus familiares y conocidos va cambiando conforme
avanzamos en la lectura. Vemos cómo se transforma hasta llegar a ser realmente
feliz consigo misma, aceptarse y hacer que otros le respeten por lo que es, una
mujer fuerte que logra el equilibrio entre lo que quiere, lo que tiene y lo que
puede conseguir.
Desde África, Nettie también le
envía cartas a su hermana, contándole cómo es ser misionera en la tierra de sus
ancestros y la pretende mantener al tanto de cómo crecen sus hijos, que le
fueron arrebatados a Celie al nacer, pero que «gracias a la intervención de
Dios» terminaron con su tía cuidando de ellos, aunque debió callárselo por
años.
No soy fan de los libros
epistolares, pero «El color púrpura» es distinto, es una joya que no se debe
pasar por alto. Una historia que se lee rápidamente por lo interesante que es y
que, definitivamente, nos hace reflexionar una vez más sobre el racismo, las
injusticias y el papel de la mujer en la sociedad.
Terminado de leer el 18/03/2021
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