Rimas; Gustavo Adolfo Bécquer
Rimas es una de las obras más conocidas del poeta español Gustavo Adolfo Bécquer, y una de las más populares de toda la literatura hispana. Perteneció al movimiento del Romanticismo, al que llegó un poco tarde, pero no lo suficiente como para quedar por fuera.
Tendría que iniciar diciendo que la poesía de Bécquer no es
para cualquiera. Es en extremos romántico; sutil, sí, pero absurdamente
romántico. A mí no me molesta del todo, pero sí me resulta un poco agotador
leerlo poema tras poema.
Lo que sí me resultó muy lindo entre sus versos fueron las odas
continuas a la poesía:
«No digáis que agotado su tesoro,
De asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas, pero siempre
Habrá poestía».
[IV — pág. 28]
«— ¿Qué es poesía? —dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul;
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… ¡eres tú!».
[IV — pág. 43]
Hay una prosa lírica que, evidentemente, Bécquer dominaba a
placer —y como un gran maestro—. En sus poemas hay mucho amor por la naturaleza.
También hay mucho amor hacia la imagen de la mujer, un poco de tristeza y
nostalgia… en fin, se encuentra en la poesía de Bécquer una sensibilidad muy
honesta y sencilla sobre la vida cotidiana y los sentimientos que nos acompañan
hasta nuestra muerte.
Soy fanática de encontrar pequeños homenajes o «préstamos»
de un artista a otro. Entre uno de los poemas encontré una frase que me resultó
muy familiar.
«Los suspiros son aire y van al aire,
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer: cuando el amor se olvida,
¿Sabes tú a dónde va?»
[XXXVIII — pág. 56]
Hallé la referencia en la canción «Gitana» de Willie Colón, que
dice: «Las palabras son de aire, y van al aire. Mis lágrimas son agua, y van al mar. Cuando
un amor se muere, sabes chiquita a dónde va». Es muy común encontrarse con
estos pequeños homenajes en la música, que es otra de las tantas formas de la
poesía.
Es, para mí, una lectura de culto que va más allá de lo
romántico y lírico.
«Llevadme, por piedad, adonde el vértigo
Con la razón me arranque la memoria…
¡Por piedad!... ¡Tengo miedo de quedarme
Con mi dolor a solas!
[LII — pág. 65]
Terminado de leer el 26/02/2021
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