«El jugador» es el primer libro de Fiódor Dostoievski que leo. Fue publicado en 1867. La escribió en un lapso de 3 semanas, en 1866, poniendo en pausa la redacción de una de sus más famosas novelas, «Crimen y castigo».

Se dice que la historia describe la pasión que sentía el mismo Dostoievski por el juego de la ruleta, adicción que, aparentemente, lo condujo a la miseria durante su estadía en Europa.

La novela nos relata la historia de Alexéi Ivánovich, un joven tutor de una familia rusa que se hospeda en un hotel alemán. A través del relato de Alexéi sobre la familia, sobre la hijastra del General, de quien el joven ruso se enamora, de la tía millonaria que podría dejar una herencia que salvaría a la familia de la deuda contraída con un francés, conocemos de cerca la armazón de la cultura rusa, sus diferencias con los europeos, y en especial con los franceses.

Dostoievski también nos muestra la decadencia que se vive en las salas de juego, las consecuencias de creer y confiar en el azar, el poder de un vicio sobre el raciocinio del más inteligente.

Me gustó mucho esta novela, que, aunque breve, me deja una increíble primera impresión del prominente escritor ruso.

Terminado de leer el 20/12/2019

El país de octubre es un libro que recoge 19 relatos de Bradbury, 15 de ellos publicados en su primer libro, Dark Carnival, y otros 4 cuentos más. La colección de relatos es de 1956.

¿Por qué es importante la edad? Porque ciertamente su juventud se vislumbra en cada uno de los relatos. A través de los cuentos se nos permite conocer a un Ray joven, entusiasta, con ansias de aguzar su pluma y descubriendo los que serían elementos imprescindibles en muchos de sus libros posteriores: ferias de circo, presencias inesperadas, la experiencia de la muerte, gente jugando a ser Dios, la regularización de lo ajeno al mundo que conocemos.

No todos los cuentos me encantaron, pero sí su mayoría. “Esqueleto”, “El emisario”, “Tocado por el fuego”, “El pequeño asesino” -que me recordó a la trama del film “We need to talk about Kevin”-, “La guadaña”, “El hombre del primer piso” y “Había una vez una vieja” son los relatos que destaco de esta colección.

Ahora creo que debería descansar un poco de la literatura de Bradbrury, no por falta de interés, sino quizá para olvidarme un poco de los elementos comunes y, tras un tiempo, poder volver a emocionarme y sorprenderme con sus mágicas e insospechadas historias.

Terminado de leer el 06/12/2019