📚 Publicado en 1967


📚 Género: Ficción


📚 Dato curioso: Fue la tercera obra realizada en conjunto por Borges y Bioy Casares


Honorio Bustos Domecq es un personaje ficticio creado por los dos escritores argentinos Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Para quienes prestan al menos una mínima atención a mis reseñas, ya sabrán que se trata de dos de mis autores favoritos.

 

Domenecq es un autor y bajo su autoría se escribió el primer libro «Seis problemas para don Isidro Parodi», una colección de relatos detectivescos.

 

No leí el primero ni el segundo, por lo cual leer de entrada el tercero debo admitir que me resultó raro, confuso y un tanto incómodo.

 

A las crónicas les precede una biografía sobre el autor (Bustos Domecq), donde se revela que nació en la localidad argentina de Pujato, en Santa Fe, y que fue un escritor precoz.

 

Las crónicas en sí son una especie de críticas, reseñas y opiniones que hiciera el ficticio autor sobre otros personajes ficticios, destacados escritores y artistas varios, ya que se desempeñaba como periodista cultural de un diario de segunda.

 

Lo que destaca de Honorio es la forma pomposa y estrafalaria con la que escribe. Son crónicas como las que nunca se han leído —o quizá sí—. Rebuscadas, complacientes, llenas de sátiras (jugarreta de sus autores reales).

 

En palabras de Borges, «Buenos Aires cuenta con un curioso habitante que, ciertamente, no es longevo, ya que su máximo plazo de vida será tal vez de cinco o seis horas. Ese personaje aparece y desaparece. Solo existe cuando estamos juntos Bioy Casares y yo. Nació en una casa de la avenida Quintana, una mañana, allí escribió el cuento “Las doce figuras del mundo”. Desde entonces ha seguido publicando de tarde en tarde. Ese personaje, que nos hace escribir cuentos y crónicas que no nos gustan pero cuyo dictado debemos obedecer, se llama Bustos Domecq».

 

Una lectura que podría resultar interesante para el lector en busca de una rehabilitación literaria.


Terminado de leer el 25/08/2021

📚 Publicado en 1898


📚 Género: Novela gótica


📚 Dato curioso: Ha sido llevada al cine por múltiples directores y la segunda temporada de la serie de Netflix “The Haunting” está basada en el libro.


Una joven institutriz llega a una casa, llena de criados, para hacerse cargo de los sobrinos de un hombre muy poderoso que no puede estar presente, dejando sobre sus empleados la responsabilidad total de la mansión en Bly.
 
Cuando la protagonista y narradora de la historia llega, solo debe hacerse cargo de la hermana menor, Flora, puesto que Miles, el mayor de los huérfanos, estaba en un internado. Sin embargo, días después arriba a la casa tras ser expulsado, sin oportunidad alguna de ser admitido nuevamente, por razones que nunca quedan totalmente claras, pero que son lo suficientemente malas y peligrosas para sus compañeros.
 
Los niños son descritos como magníficos, divinos, educados, acomedidos y totalmente entregados a la guarda de su institutriz. Sin embargo, esta última empieza a notar que algo extraño pasa en la casa y con los niños cuando, de repente, ve una presencia oscura y angustiante rondando la casa. Confesándolo al ama de llaves, se enteran de que es Quint, un criado anterior ya muerto.
 
Luego se sumará a sus visiones la institutriz anterior, quien mantenía una relación amorosa con Quint. Ambos, según nuestra narradora, tienen oscuras y peligrosas intenciones para con los niños, de quienes cuidaron alguna vez.
 
El asunto con «Otra vuelta de tuerca», la novela más famosa del norteamericano Henry James, es que se puede interpretar o como una historia de fantasmas y presencias malignas que se apoderan del cuerpo y la mente de niños buenos, o como la vida de una persona con problemas mentales, que cree ver cosas y arma todo un escenario para que sus visiones e impresiones parezcan y sean dadas por ciertas, sin tener conciencia de ello.
 
La institutriz es la única que ve a estos fantasmas. Incluso cuando se le «aparecen» en presencia de Flora y la ama de llaves, nadie más es capaz de verlos. Tampoco Miles puede presenciar a Quint. Nuestra narradora es la encargada de hacernos creer su historia, de transmitirnos el miedo y el peligro al que están expuestos los huérfanos. Nos hace parte de su plan y concordar con ella en que es lo mejor. Pero si nadie más puede ver ni sentir a los fantasmas, salvo ella, ¿hablamos realmente de fantasmas? ¿O hablamos de una persona con alucinaciones? Ella misma nos da pistas, hablando de su depresión, sus sentimientos de angustia, sus miedos y preocupaciones de que la gente se pueda llevar bien con ella, todos previos incluso a Bly.
 
Lo cierto es que se trata de una novela exquisita que logra hacer sentir miedo al lector. Leyéndola, pensé varias veces en «Los Otros», de Amenábar. Y en varios foros pude leer que es una opinión popular. Así que, si les gustó esa película, esta lectura es una apuesta segura.


Terminado de leer el 15/08/2021

📚 Publicado en 1962


📚 Género: Novela


📚 Dato: El final del libro difiere totalmente del final de la película (esta reseña contiene spoilers)



Ocurre pocas veces, pero sabemos que pasa. En esta oportunidad, me parece que lo logrado por Kubrick en 1975 supera al libro de Burgess en 1962. Les cuento brevemente por qué.


Lo del glosario nadsat (una juerga juvenil que hablan Alex —el protagonista de esta historia— y sus “drugos”) es agotador; al menos para mí lo fue. Al principio iba al final del libro para buscar el significado, pero pronto supe que a ese ritmo iba a fallar una segunda vez con esta lectura, así que decidí apelar a la interpretación para entender el significado de cada palabra, según el contexto.


El libro está dividido en tres partes con 7 capítulos cada una, para un total de 21 capítulos y debo admitir que de toda la lectura solo valieron la pena los últimos dos, para poder entender la diferencia entre el final de Burgess y el de Kubrick (que molestó tanto en su momento al autor).


En la película, considerada de culto, el joven y ultraviolento Alex, logra curarse de la cura que dieran a su agresividad. Logra, a ojos del espectador, salirse con la suya, volviendo a ser violento y siendo recompensado por el Gobierno, con un trabajo y buen salario, además de un gran reconocimiento público.


Sin embargo, en la obra de Burgess, tras la correccional, Alex vuelve al mundo, donde es víctima de sus propios actos. Tras volver a su “normalidad” después de intentar quitarse la vida, nuestro “pequeño Alex” se da cuenta de que algo no está bien, de que no siente el mismo interés por la violencia. Pero no es porque no se haya “curado” bien; lo que le pasa es que se da cuenta de que la violencia estaba asociada a la adolescencia, a la rebeldía, si se quiere llamar así. En su última reflexión se ve así mismo pensando en una familia, en un trabajo y concluye, naturalmente, que creció.


Burgess cierra el ciclo, le da humanidad a su historia, le inyecta raciocinio y nos ayuda a entender que el comportamiento ultraviolento que acompaña a ciertas personas durante su edad joven debería concluir al madurar. Por eso se sintió tan insatisfecho con el film de Kubrick, quien prefiere apegarse un poco más a la realidad y nos muestra a un Alex que sigue prefiriendo la violencia, la lujuria y la irracionalidad de una vida sin moral.


Me alegra finalmente haberlo terminado, porque también me quedaría con este final, pero el camino es demasiado extenso y aburrido. Por ello creo que la película es mucha mejor opción que el libro.


Terminado de leer el 08/08/2021