En febrero leí por primera vez a García Lorca. Entonces me pareció un relator pueblerino excelente. Y tras haber leído estas dos obras teatrales suyas, lo reafirmo.


Es un autor que contó magistralmente la realidad de una España arraigada a las costumbres, al señorío, al qué dirán.


Yerma es una historia triste, sobre una mujer que desea con todo su corazón tener hijos. Y la frustración de no tenerlos nubla su amor y su dicha. Las conversaciones con las vecinas, la actitud del esposo que no quiere que salga, de sus cuñadas que le vigilan hacen de esta obra una constante angustia por lo que siente, piensa y quiere Yerma y lo que los demás le dan.


En el caso de La casa de Bernarda Alba, es una obra sobre una madre (Bernarda), quien es la típica generala que exige de sus hijas que hagan cuanto ella diga, que hablen cuando ella lo permita y que, bajo ningún concepto, dejará que el honor o reputación de su familia esté en boca de nadie, aunque en su boca esté la casa de todos. Y para proteger ese «honor» será capaz de sobrepasar cualquier extremo.


Ambas historias están cargadas de expresiones y rituales de antaño, de señalamientos anticuados y de costumbres pueblerinas. García Lorca nos lleva en un viaje brusco a una España de señoras, de obreros, de amores «pecaminosos» y de deseos que, de un momento a otro, dejan de ser reprimidos.


Terminado de leer el 27-05-2020



The Lighthouse es una película de 2019, dirigida por Robert Eggers, que cuenta con las actuaciones de Willem Dafoe y Robert Pattison (a quien, por suerte, nunca encasillé en Twilight porque no la vi).

El director estadounidense de 36 años nos presenta un film en blanco y negro, en formato cuadrado clásico, que ya de entrada me transportó al cine de los años ’30. A mí me resultó muy cercano, en iluminación al menos, al expresionismo alemán. El film, categorizado como «terror psicológico» está mucho más cerca de la nueva ola denominada «terror de autor» —donde, por ejemplo, incluiría Hereditary—.

La historia nos lleva a una isla, con un faro, habitada recientemente por dos personas. Un viejo marinero alcohólico, encargado del faro (Dafoe) y un novato que trabaja para él ayudando con los quehaceres y las labores netamente técnicas (Pattison).

El guion es espléndido, podría ponerse directamente en un libro y ser una maravillosa novela de marineros y todo el mundo místico que les rodea. Dafoe y Pattison hacen un despliegue de galante actuación que sigue manteniendo a uno en lo más alto de la cúspide actoral hollywoodense —donde se encuentra hace años— y al otro lo eleva a un grado importante dentro de la actuación para esta espectadora.

En principio, se supone que el novato estará 4 semanas acompañando al veterano en la isla. Con el paso de los días se empieza a gestar una complicada relación entre ambos, donde la experiencia se sobrepone con violencia. El pasado empieza a aflorar y con él secretos importantes que explican mucho de esta historia, llena de excentricismos.

Me gustó mucho que el director le hace honor a Hitchcock, ya que en repetidas escenas vemos tomas similares a las de «The Birds» y una gaviota, de hecho, se vuelve bastante molesta y hasta violenta. También es destacable el detalle del dialecto y acento que emplean ambos actores, lo que inyecta más realidad a la historia del pirata que extraña navegar, al sol, al viento y al agua.

El alcohol juega un papel fundamental en esta película. Es el opio de este pueblo constituido por 2. Es la razón o el detonante de la locura. Representa el quiebre de la «estabilidad» o la «normalidad» que existió en la primera mitad.

Esta película es un descenso a la locura, a la tragedia de lo oscuro debido al aislamiento, a la falta de sensatez ante una realidad librada de cánones o reglas, donde nadie ve nada y el único que puede juzgarte está sentado en tu misma mesa, también es un reflejo de los límites que puede una persona sobrepasar con tal de cumplir con sus deseos, de alcanzar lo inalcanzable y matar la curiosidad. O podría entenderse también, por qué no, como la necesidad de alcanzar la verdad universal (tomando a la isla como universo para este par).

Es un film que rinde tributo al cine de hace varias décadas, pero también que reinventa el cine de hoy. Un despliegue de sueños y alucinaciones que se nos presentan en pocos escenarios y con solo 2 actores. Y de haber sido hecho de otra forma, quizá no habría funcionado.

Altamente recomendada para los fanáticos del cine.



Lo único que había leído de Shakespeare era «El sueño de una noche de verano» y pensé que, si todo era así, definitivamente no era mi estilo. Me regalaron este libro y decidí darle una segunda oportunidad. ¡Menos mal!

Hamlet me pareció una tragedia magnífica. La historia me capturó al 100%. La traición, el dolor, la venganza, el amor y la locura expuestas en esta historia forman un drama inolvidable.

Este Shakespeare es al que todos siempre hacen referencia, un creador de tragedias profundas que tocan nuestro lado más humano y es capaz de despertar nuestros más oscuros pensamientos.

Leí que es la obra más larga del autor inglés, también la más famosa de la literatura occidental, pero es una lectura breve, ligera y, sobre todo, entretenida. Esta tragedia cuenta, incluso, con su propio fantasma, además de pasajes muy melancólicos.

Me retracto. Definitivamente sí puedo leer obras teatrales.

Terminado de leer el 25-05-2020



Tengo que admitir que me costó mucho terminar esta novela. La primera mitad se me hizo muy cuesta arriba. Quizá porque estaba esperando que fuese una secuela de «Sobre héroes y tumbas». Le di dos descansos necesarios, así leí «Rugby» y «El retrato de Dorian Gray». Pero pasada la mitad, hice el clic que estaba esperando. Fue como finalmente entender el espíritu del libro.

Esta es la última novela escrita por Sabato. Para mí, es una mezcla de muchas cosas. En ella, nos habla del arte, de las guerrillas, de la política, de la cultura, de la importancia de nuestra infancia, de la ciencia, de la filosofía y, por qué no, un vistazo a la mente y alma del mismo Sabato.

Ernesto es uno de los personajes principales de la obra, así que Abaddón nos regala una biografía ficticia, una mirada al joven científico y al adulto escritor. Teorías y conspiraciones persiguen al autor dentro del libro. El recurrente tema de los ciegos —que hace tan necesario leer previamente «Sobre héroes y tumbas»— no se hace esperar demasiado y algunos personajes de su anterior novela reaparecen inesperadamente.

Un extenso tratado sobre la política como reflejo de una realidad (entre los años ’60 y ’70) acaecida, violenta, terrible y tortuosa; se eleva la imagen del Ché y su intención de construir un grupo de «hombres nuevos» para el surgimiento de América Latina —la parte que más me costó leer—.

Y luego llega la parte en la que la novela se convierte en eso, en novela. Los personajes toman fuerza y sus historias empiezan a desarrollarse y acercarse a su final. Sabato nos llena de pasado, de añoranza y de calles y cafés, todo muy unido a la experiencia de la muerte, incluyendo la suya.

Una conversión literalmente kafkiana, visiones apocalípticas y tragedias rutinarias son partes imperdibles de esta obra. Sabato nos transmite la única y más grande verdad: «todo un día será pasado y olvidado y borrado: hasta los formidables muros y el gran foso que rodeaba a la inexpugnable fortaleza».

Terminado de leer el 24-05-2020


Esta es la novela más famosa del irlandés Oscar Wilde. Fue publicada originalmente en 1890 como cuento. Sufrió varias modificaciones, tanto por el autor como por quien compró, años después, los derechos de autor sobre la obra. Fue, en su momento, un libro muy controversial, y hoy un clásico necesario.

El drama faustiano que Wilde retrata en esta novela es encantador. Lleno de pasajes filosóficos, de consternaciones éticas y moralistas, de fugases idilios, de teatro, de pasión y de arte, este libro te atrapa irremediablemente.

La eterna juventud ha sido un tema recurrente en todas las expresiones de arte que conocemos desde el principio de nuestra humanidad. Lo que algunos son capaces de hacer en la persecución de la juventud y la belleza tiene resonancia hasta en nuestros días (cirugía plástica, por ejemplo). ¿Por qué nos obsesiona tanto este tema? ¿Es, acaso, el temor a la muerte? ¿O, como plantea en varios pasajes lord Henry, es porque «todo lo malo es feo»?

Basil, el pintor que retrata a Gray, anonadado por su belleza, a la cual adjudica todos sus «atributos», veía en el joven la nobleza y humildad de la inocencia. Pero cuando Henry entra en la vida de Dorian, inculca en él el hedonismo y entonces empieza su camino de placeres y desdichas.

Aunque la búsqueda de placeres inmediatos no abandona el relato, tampoco lo hace el sentido ético y moral de las cosas. Y si bien Dorian Gray tiene permiso de hacer cuanto desee sin que esto le afecte directamente, algunas voces de su conciencia nunca se apagan. El camino que recorre entre su juventud y «madurez» es una profunda mirada al miedo ante la muerte.

Terminado de leer el 21/05/2020


Hoy le di una pausa a Sabato y me leí «Rugby», la primera novela del escritor argentino Manuel Soriano, publicada en 2010.

Esta breve novela ahonda antropológicamente en las clases sociales de la ciudad de Buenos Aires, en los valores del deporte que nos apasiona, pero también en lo que algunos confunden con «compañerismo» y «lealtad».

Este relato me gustó mucho, porque habla de clubes, zonas y barrios privados que he podido conocer en estos 3 años, acompañando a nuestro club en sus partidos. Habla de los terceros tiempos, ese espacio tan respetado y ameno después de cada partido, del respeto por el árbitro, de la entrega y dedicación de estos, de los entrenadores, los jugadores, los aficionados y de todos aquellos que son por y para el club.

Mas la novela de Soriano también habla del clasicismo, de racismo, de los niveles sociales y de cómo algunos se esfuerzan tanto por mantener dichas diferencias. Un hecho trágico y la nostalgia de su narrador hacen que la lectura sea rápida y muy interesante.

Soriano fue jugador de rugby, pero nunca se consideró «rugbier». Como el protagonista de esta historia, el argentino también estudió leyes. Pero parece que lo autobiográfico llega hasta ahí. Sin embargo, la mirada de un Microcentro lleno de gente pidiendo dinero, de madres sentadas sobre cartón con sus hijos al lado, de músicos tocando y uno que otro borracho dormido es un puñetazo de realidad que para algunos es rutina diaria —para quienes viven y trabajan sobre Florida, por ejemplo—.

Aunque hay algunos extremismos, hay que reconocer que la panorámica de Soriano en cuanto a Buenos Aires, a las clases, al rugby, es asertiva en su mayoría. Estoy segura de que no es lo último que leeré del autor.

Terminado de leer el 09/05/2020


17 años tuvimos que esperar para otra entrega de los eternos e inigualables Bad Boys.

En Bad Boys for Life (2020) solo cambia el director, ya que por suerte pudieron contar con el elenco original de las dos películas anteriores.

Will Smith y Martin Lawrence me parecen una fórmula cómica perfecta. Aunque era muy pequeña cuando salió Bad Boys I, recuerdo haberla visto muchas veces en mi adolescencia, justo con la segunda entrega, que la vi ya con 12 años y siendo fan del Will Smith que veía en The French Prince of Bel-Air (que disfrutaba tanto doblado como subtitulado, ya que lo veía cada vez que podía en distintos canales).

Mike y Marcus se suman a una nueva aventura, «la última», en la que hay mucha acción, muchos disparos, muchas explosiones, pero, sobre todo, muchísimas risas. En esta entrega se unen al elenco la ya conocida Vanessa Hudgens (quien siempre será «Gabriela», de HSM), Kate del Castillo, y hasta el reggaetonero Nicky Jam. Pero la mayor de las sorpresas fue ver al canadiense Alexander Ludwing, mejor conocido como Björn Ironside (Vikings), interpretando un papel no muy grande pero que para nada pasa desapercibido.

Del reparto viejo, una genialidad poder ver a Reggie y a su novio ya adultos. Joe Pantoliano, cuyo último registro que tenía era como el insoportable y detestable Ralph Cifaretto (The Sopranos), y, por supuesto, la dupla dinámica: Smith y Lawrence.

Una historia emocionante, cómica, a ratos conmovedora, llena de camaradería y recuerdos. ¿La disfruté? Muchísimo. La volvería a ver sin pensarlo, como tantas veces vi la I y la II.

Amo poder estar viva para ver secuelas de las películas que me han acompañado durante tantos años y que son parte de mi amor por el cine.