La narración del terror oriental es muy diferente al concebido en occidente. Por eso, muchas veces me he encontrado riéndome ante escenas de "terror" coreano, por ejemplo. Sin embargo, los cuentos recopilados en este libro nos acercan mucho a la angustia y a ese sentimiento extraño que experimentamos ante algo que desconocemos y que, por ende, no sabemos clasificar.
La narración del terror oriental es muy diferente al concebido en occidente. Por eso, muchas veces me he encontrado riéndome ante escenas de "terror" coreano, por ejemplo. Sin embargo, los cuentos recopilados en este libro nos acercan mucho a la angustia y a ese sentimiento extraño que experimentamos ante algo que desconocemos y que, por ende, no sabemos clasificar.
Encontré en «Romeo y Julieta» al mismo Shakespeare de «El sueño de una noche de verano», obra que no me encantó.
Romeo y Julieta; William Shakespeare
La cuarentena que hemos vivido en Argentina por la COVID-19 nos ha afectado a todos de muchas maneras. En mi caso, de forma positiva. He tenido más tiempo para leer pero también para recuperar una práctica que había perdido: el yoga. He tenido muchos avances y muchas personas me han pedido que les cuente sobre mi experiencia, cómo he logrado avanzar tanto y qué recomiendo. Aquí les cuento mi "historia". Pero antes, una aclaratoria importante y necesaria:
No soy instructora de yoga, no he hecho ningún curso ni certificación. Sigo consejos de muchas personas y sigo prácticas que me gustan, sin criterios profesionales. Si quieres hacer las cosas como se deben, lo ideal sería que busques a un profesional que te guíe. Mi experiencia no asegura que tu experiencia vaya a ser igual o similar. Lo que leerás es el testimonio de un aprendizaje "autodidacta", si se quiere.
Tuve un primer acercamiento al yoga en 2016, cuando Virginia (quien entonces trabajaba conmigo en Amnistía Internacional) nos empezó a dar clases de pilates después del trabajo (es instructora certificada). Fue ella quien me enseñó a pararme de cabeza -la primera asana que aprendí-. Ese año también tuve mi primer acercamiento formal al entrenamiento físico constante. Perdí mucho peso, aprendí a comer mejor y entrenaba diariamente. Después emigré a Argentina, aumenté de peso y perdí todo el trabajo físico que había conseguido.
En 2019 me puse las pilas de nuevo. Y hoy tengo ya más de 1 año entrenando diariamente. Hago clases de funcional o localizado con mi entrenadora Gabriela. Cuando arrancó la cuarentena, teniendo más tiempo en casa, decidí agregar a mi entrenamiento diario el yoga. Así, empecé a hacer clases principalmente por las mañanas, justo al despertar. Luego de mi entrenamiento con Gaby, me quedo entre 10 y 15 minutos practicando asanas o skills para lograr las asanas que quiero.
Mi asana favorita |
Quienes me conocen saben que no soy de meditar, cosa que no va muy en concordancia con el yoga. Pero no me obligo a nada. Hay días en los que sí me tomo 5 minutos previas a mi práctica para respirar profundo y meditar. Y hay días en los que me salto esa parte y entro directo a la clase.
Practico en casa, en cualquier momento que veo propicio. Como lo dije antes, normalmente es por la mañana, entre las 7 y las 8 a. m. (soy mañanera). Hay días en los que lo hago por la noche y hay otros días en los que hice por la mañana y hago otra clase por la noche porque tengo ganas. Lo importante es que nunca paso un día sin hacer yoga, así sean 15 minutos.
¿Qué clases hacer?
Todas las clases que hago salen de 3 canales de Youtube:
Mayo - Agosto |
Esta respuesta es subjetiva; la contesto desde mi experiencia. No, no basta con hacer solo yoga. He incluido el yoga dentro de mi entrenamiento regular. Sigo entrenando 1 hora diaria a toda potencia con mi entrenadora. Esos entrenamientos me ayudan a ganar resistencia y fuerza. Para mí el yoga es mi complemento. Me da un bienestar diferente. Me ayuda a alcanzar metas, me acerca a la gimnasia, por la que siempre me he sentido atraída. Me enseña a tener control sobre mi cuerpo y a hacer con él cosas que nunca imaginé lograr.
Es una práctica que recomiendo abiertamente a todo el mundo. Parece fácil pero no lo es. Requiere resistencia, fuerza, concentración, equilibrio y constancia.
¿Es todo lo que necesito saber?
NO. El yoga involucra muchas cosas. La respiración, por ejemplo, es todo un tema. Se debe inhalar y exhalar por la nariz. Este paso cuesta. Al principio es bastante difícil, pero te acostumbras. Y así como la respiración, hay muchas cosas relacionadas con el yoga que yo no te estoy diciendo en esta entrada. Si buscas ayuda de un profesional, él te las dirá. Si decides practicar de forma autodidacta, las aprenderás, viendo clases, leyendo, investigando.
Esta es solo la experiencia que yo he tenido y que he decidido compartir para las personas que me han consultado. Gracias por seguir mis avances y por interesarse a través de mí. Me hace sentir muy bien y me motiva a seguir mejorando en mi práctica.
Espero que se animen e inicien también su camino en el yoga. Espero haber sido de ayuda y cuenten conmigo ante cualquier duda que tengan. Gracias a ustedes y a sus mensajes cada día leo más para aprender más.
Sigamos trabajando para ser la mejor versión de nosotros mismos.
Namasté.
Mi experiencia con el yoga
La historia suele ser interesante cuando la vemos contada en documentales o películas, pero no es empresa sencilla hacer de un libro histórico algo entretenido. Sin embargo, el arqueólogo italiano Valerio Massimo Manfredi logra con creces captar la atención y el total interés del lector en esta primera entrega de la historia del gran Alejandro Magno, rey de los macedonios.
"Aléxandros I, el hijo del sueño" es el primer libro de su trilogía "Aléxandros", donde nos cuenta la historia de Alejandro III de Macedonia, hijo de Olimpia y Filipo II de Macedonia. En este primer libro conocemos al infante heredero al trono, hijo de un rey expansionista y exitoso.
Lo mejor de este libro es que todos los hechos son reales y sus fuentes lo suficientemente antiguas como para confiar en ellas. Solo que el arqueólogo italiano apela a un lenguaje moderno para la mayor comprensión del lector (cosa que agradecí profundamente).
Aunque había leído y visto un par de cosas sobre Alejandro Magno, como supongo lo han hecho todos los que posiblemente lean esta reseña, lo que se alcanza a conocer del macedonio en este libro no tiene comparación.
Nuestro heredero crece rodeado de estrategias militares y muchas expectativas sobre su futuro. Inteligente y audaz, es enviado a estudiar 2 años lejos de su hogar, por deseos de su padre, quien lo quería todo lo preparado que se pudiera para convertirse en el mejor rey que Macedonia podría ver. Su maestro fue Aristóteles (hecho que desconocía), quien lo introdujo en las más generales y específicas materias.
Así, Alejandro se prepara para un futuro prometedor. En el desarrollo de esta historia podemos conocer su lado noble y amoroso. Mas conforme pasan los años, empezamos a conocer también su lado militar, su valentía para afrontar los peligros y su completa entereza para ir hacia adelante, contra viento y marea, condición que sus aliados y enemigos ven rápidamente en él.
La historia culmina con la llegada de Alejandro Magno a Asia. Y ahora, desesperada por saber cómo continúa, quisiera salir corriendo en busca de la segunda entrega de esta trilogía, "Las arenas de Amón".
Terminado de leer el 23/08/2020
El nombre de Daniel Defoe por sí
solo no nos dice mucho. O por lo menos a mí no me decía nada, hasta que leí que
es el escritor que dio vida al popular Robinson Crusoe, de quien todos hemos
escuchado hablar. Nacido cerca de 1660 (no se conoce la fecha exacta) en
Londres, fue uno de los primeros novelistas y reconocido por muchos como el padre
de los novelistas ingleses.
Esta edición tiene una
introducción del sudafricano John Maxwell Coetzee, Nobel de Literatura en 2003,
y debo admitir que es o que me resultó más interesante de este libro. Coetzee
nos pone en contexto, nos explica que el escritor fue ampliamente criticado por
ser demasiado redundante, porque a lo largo de la novela las mismas ideas se
repiten una y otra vez y la redacción es un relato extenso contado de forma muy
natural, sin correcciones ni revisiones. Es como si el autor se hubiese dedicado
a escribir todo lo que venía a la cabeza, tal como se presentaba, con una
energía rebosante, sin ganas luego de recortar ni editar una palabra.
El libro me resultó tedioso y muy
extenso. En la historia se sienten las tensiones religiosas que para ese
entonces dominaban Inglaterra, y el infortunio de la protagonista hace que en
un principio se sienta simpatía por ella. Pero con el pasar de las páginas,
cuando es evidente que nada va a mejorar, la novela se convierte en algo pesado.
Me costó trabajo terminarlo. Pensé
varias veces en dejarlo así. Pero la introducción de Coetzee es una invitación
tan sincera que no quise abandonar la lectura. Se ve que el sudafricano encuentra
en las líneas de Defoe algo que yo no logré ver. La historia de Roxana no es
mala. Te atrapa en ocasiones y es, tal como su género, una novela. Fácilmente
podríamos verla en pantalla. Pero tras una corrección, el libro podría quedar en
un 40% del original y nos enteraríamos igualmente de todo.
En definitiva, no es una lectura
que recomiende a la ligera. Hay que tener profundo amor por las novelas largas
y la literatura inglesa.
Terminado de leer el 08/08/2020