Uno y el universo; Ernesto Sabato



Sabato volvió a Argentina en 1940 y abandonó su carrera —muy prometedora— como físico e investigador. En 1943 se apartó por completo de la ciencia y se dedicó exclusivamente a la literatura y la pintura.
 
En 1945 publicó su primer libro: «Uno y el universo», una serie de ensayos con los que para 1968 (fecha en la que realizó el prólogo para una nueva edición) no guardaba la misma simpatía ni relación de pensamiento, pero de los que se hacía cargo. A estos efectos, dice:
 
«(…) ¡cuántas arrugas en torno de los labios y de los ojos nos separan! ¡Qué devastación ha traído el tiempo sobre aquella sonrisa y aquel resto de frescura o de espíritu juguetón! ¡Qué abismos se han abierto entre el muchacho de la fotografía y el hombre de ahora! ¡Cuántas ilusiones se advierten allí que han sido agotadas por el frío y las tormentas, por los desengaños y las muertes de tantas doctrinas y seres que queríamos!».

Ordenados por orden alfabético, los ensayos nos dejan entrever a un Sabato joven, aún entusiasta de la ciencia, que intenta determinar su postura de muchas cosas ante el mundo, pero que también aprovecha para soltar cosas en un viaje hacia sí mismo. La física, la filosofía, las matemáticas, el pensamiento crítico, la razón, el sentido común, el realismo y el surrealismo, los dogmas y los enigmas son algunos de los tantos temas que el argentino desenmaraña y ante los cuales se define.
 
Un par de ensayos (quizá son 3 o 4 en vez de 2) son afines al socialismo e inclinan la balanza del autor hacia la izquierda. Pero también en el prólogo Sabato se adelanta, procurando que el lector no lo malentienda ahora.
 
«(…) en otros casos deberá tener en cuenta que los veintitrés años transcurridos han alterado muchas de las hipótesis o ilusiones que todavía allí se manifiestan. No imaginaba, por ejemplo, que también por la izquierda se podían llegar a cometer los crímenes que se cometieron en la tiranía estalinista y en la que todavía ahora la imitan; no tenían aún suficiente (y amarga) experiencia histórica para admitir que nada vale luchar por la justicia social si no es al propio tiempo una lucha por la libertad del ser humano y por la dignidad que le corresponde».

Me pasó algo muy curioso con los últimos 3 libros que leí. «Ideas y creencias» de Ortega y Gasset fue el inicio. En el prólogo para «La invención de Morel», de Bioy Casares, Borges recuerda un par de idas que planteara Ortega en su libro ya mencionado, sobre la novela y las características que debería tener esta. Luego, en Uno y el Universo», Sabato dedica casi todo un ensayo a Casares y su novela, para referirse a la aparición de ese invento que podría cambiar la experiencia de cómo vivimos en la eternidad.
 
«Uno y el Universo» constituye un arranque merecido para la carrera literaria de uno de los autores más importantes (y longevos) del siglo anterior y este. Por algo fue el segundo argentino (el primero fue Borges) en ser galardonado con el Premio Miguel de Cervantes. No hay una lectura de Sabato que no recomiende; entre sus líneas el lector siempre encontrará una razón para la introspección, para admirar lo científico y lo filosófico, para entender la responsabilidad de lo que se escribe y para, por supuesto, seguir leyéndolo.

Terminado de leer el 19/02/2021

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