El gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald


Para el primer libro del reto literario 2018, correspondiente al mes de enero, escogí El gran Gatsby, de Fitzgerald. No lo tenía en físico pero sí hacía tiempo en mi correo en formato epub. 

Quise tomar este reto principalmente porque necesito acostumbrarme a leer en dispositivos electrónicos. La realidad es que el año pasado, que me mudé a Buenos Aires, solo leí dos libros, que los traje conmigo desde Caracas. La razón: dinero. Los libros acá no son económicos y existen otras prioridades. Con tanto libro gratis en la web y tantas apps disponibles, sabía que tendría que encontrar una que me ayudara a acostumbrarme a leer con mi celular, pese a mi resistencia y a mi amor por el libro físico. 

Así que la encontré. Hallé una aplicación cómoda, organizada y con muchas opciones para aligerar la lectura. Muestra de ello es que este, mi primer libro, lo terminé en 3 días. Pude leer en cada viaje del colectivo, por más corto que fuese, y en cada momento de espera o libre. 

Sobre "El gran Gatsby", considerada la mejor obra de Fitzgerald, publicada en 1925, no tengo nada malo que decir. Es un libro ligero, sencillo y a la vez majestuoso. Ya había visto la película de Baz Luhrmann (2013), protagonizada por Leonardo DiCaprio, Carey Mulligan y Tobey Maguire, y en su momento me había fascinado, pero el libro me encantó aún más. 

Fitzgerald no exagera en las descripciones pero sí inyecta mucho realismo a lo que escribe, mostrando las decadencias de una sociedad movida por el dinero... muchas veces sucio. Y también brindándonos un breve vistazo a la decepción, la compasión, al interés en el amor, a la imposibilidad de recuperar el pasado y a las consecuencias de no poder aceptar el presente. 

Les comparto los pasajes del libro que marqué:

"Era una de esas raras sonrisas capaces de tranquilizarnos para toda la eternidad, que solo encontramos cuatro o cinco veces en la vida"
(Capítulo 3)
"Todo el mundo se cree poseedor de por lo menos una de las virtudes cardinales. La mía es esta: soy una de las pocas personas honradas que he conocido en mi vida"
(Capítulo 3)
"(...) se me ocurrió que no existe diferencia entre los hombres, ni de inteligencia ni de raza, tan profunda como la diferencia entre los enfermos y los sanos"
(Capítulo 7)
"No hay confusión parecida a la confusión de una mente simple"
(Capítulo 7)
"Así seguimos el viaje hacia la muerte a través del atardecer, que empezaba a refrescar"
(Capítulo 7)

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