Las encuestas de opinión pública o la opinión pública agregada

Consolidación de la opinión pública en Venezuela: 

Ya para 1983 las encuestas están consolidadas en el país y es en este año que reciben el espaldarazo que hacía falta para aumentar su credibilidad, luego del fiasco ocurrido en 1968. Suceden una serie de acusaciones por falsificación y manipulación, lo que logra que se comience a plantear la reglamentación de las encuestas. Es el 21 de febrero de 1983 cuando el Consejo Supremo Electoral (CSE) dicta una resolución mediante la cual se reglamenta la publicación de las encuestas electorales.

Llega el nuevo período constitucional y las encuestas logran un interés cada vez mayor.
A partir de marzo de 1985, El Nacional contrata con Gallup una encuesta que publicarían cada quince días, dedican una página completa y la titulan “Punto de Cuenta”.
Ya cerca de 1988 las encuestas comienzan a dar evidencia de la fatiga del sistema político venezolano.

Durante 1988 la tendencia de las encuestas que aciertan se mantiene, aunque sufre algunos contratiempos, como cuando Alfredo Keller (Encuestadora AKSA) denunció que la encuestadora Consultores 21 creó una encuestadora paralela, ISSUE, falseando los últimos resultados de encuestas efectuadas. Para 1988 ya actuaban Datanálisis y el Instituto Venezolano de Análisis de Datos –IVAD.

Para el mismo año se encarga un estudio mediante encuestas, pues hay alarma por el porcentaje de abstención para las elecciones (18%), pero, aunque ya algunas encuestas venían arrojando el descontento con el sistema político, no hubo encuesta capaz de asomar el volcán que se desataría en febrero de 1989, el Caracazo.


En 1993 la guerra de las encuestas es más o menos similar a lo que venía ocurriendo desde 1988, destacando el hecho de que la mayoría de las encuestas serias daban la tendencia favorable a Rafael Caldera para las elecciones de 1994, donde el candidato sale victorioso.
Las encuestas de opinión pública siguen afianzando su credibilidad, el pueblo venezolano empieza a creer en los resultados que arrojan.

Las encuestas regresan ferozmente a la escena para las elecciones de 1998, pero nada asegura que saldrán bien libradas de la guerra. El candidato a la postre ganador, el teniente coronel Hugo Chávez Frías, planteaba un escenario totalmente nuevo, rompiendo con los esquemas bipartidistas que habían dominado los gobiernos durante 40 años.

Las encuestas se hicieron particularmente polémicas: las cifras fueron manipuladas por varias encuestadoras y la credibilidad empieza a desvanecerse. También hay que resaltar que por el carácter volátil del proceso los resultados variarían mucho en plazos cortos.

Primero se efectúan las elecciones de Congreso y gobernadores de Estado, cuyos resultados afectaron positiva y negativamente a los candidatos presidenciales. AD (Acción Democrática) y COPEI (Comité de Organización Política Electoral Independiente) reiteraron su apoyo a sus candidatos Alfaro Ucero e Irene Sáez; Salas Römer recibió el respaldo de los gobernadores electos.

El problema con las encuestas durante las elecciones de 1998 fue la grosera manipulación que sufrieron las cifras por parte de varias encuestadoras, aunque es justo reconocer que las serias se acercaron bastante al resultado electoral.

Debemos recordar que las encuestas son un instrumento científico sujeto a márgenes de error, lo que no tiene nada que ver con el hecho de que existan manipulaciones o invención pura y simple, con fines propagandísticos.

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