Siddhartha; Hermann Hesse


Siddhartha (1922) es, hasta ahora, el libro más espiritual de Hermann Hesse que he leído. Partiendo de la historia de un hindú, llamado Siddhartha, Hesse nos revela un mundo en el cual el desapego, la simpleza, la meditación, la paciencia y el Om constituyen el grado más elevado de la vida.

Pero el protagonista de esta historia, en su deseo por alcanzar el nirvana sin seguir doctrinas ni a maestros, se sumerge y pierde en el samsara por años.

Recuperado su camino hacia la sabiduría y el conocimiento pleno, que Siddhartha en su juventud consideraría impenetrable mientras más se le persiguiese, encuentra a un maestro que sin planearlo le enseñaría todo lo que necesitaba saber para alcanzar la paz consigo mismo.

La sabiduría, dice Hesse, no se puede enseñar. Se aprende escuchando lo que las aguas del río tienen para decir. Para lo cual hay que aprender la paciencia y a escuchar de verdad.

En este libro encontré, aunque expresado de una forma más profunda y espiritual, la esencia de Demian (1919): no ser adoctrinados, forjarse un estilo de vida obedeciendo los deseos del Yo.

Una vez más el autor alemán me muestra la marcada diferencia entre lo sublime y lo mundano, entre los deseos puros y los carnales, entre lo que podemos llegar a ser y lo que solemos preferir ser por comodidad.

Siddhartha no es un libro para todo el mundo. O sí. Su nombre significa «aquel que alcanzó sus objetivos». Un libro que ha sido más leído en Oriente que en Occidente por razones obvias.

Terminado de leer el 25/11/2019

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