Episodios breves de experiencias diarias

25 de febrero
Las ideas vienen de los lugares menos imaginados; de la señora que corre porque va tarde, del niño que llora para manipular a los grandes, del viejo que sabe que el tiempo no vuelve y que el suyo se acaba. La gente lee historias ignorando que quizá sea la suya, que por algo les resulta familiar. Por eso tenemos tantas libretas de apuntes encima, porque nos preparamos para cada historia que se nos atraviesa.
En la sala de espera de una clínica.
06 de marzo
Me sorprende, a veces, la falta de escrúpulos del ser humano; algunos parecen encontrar goce en el sufrimiento de otros. El problema con algunos es que no fingen, no se inmutan ante el sollozo sino que lo hacen más insufrible. Para mi ingrata sorpresa, el hombre y su descendencia se hacen daño entre sí mismos, y cuando hay que mostrar otra cara, de solidaridad o pudor, prefieren ocultar sus cabezas bajo tierra agria.
En una banca de una plaza, en los Dos Caminos 
20 de marzo
El egoísmo es la base de la miseria humana. Cuando el hombre es egoísta se vuelve incapaz de sentir el pesar, mucho menos tiene la capacidad de sentir el dolor del prójimo; esto no le deja concebir el ayudar, el compartir, el apoyar. Y cuando damos la espalda a problemas sociales contribuimos a hundir aún más a nuestra sociedad en la miseria. La miseria de la soledad, del individualismo y la indiferencia. Somos la creación más miserable, y poco nos importa.
En la oficina
22 de marzo
El conocimiento hace al mundo. Es lo que conocemos lo que nos diferencia del resto de las especies, entre nosotros, de otros. Nacemos con la necesidad de aprender para sobrevivir. Mientras sobrevivimos seguimos aprendido para sobrevivir mejor, para tener más oportunidades, para mantener el desarrollo de la especie. Conocemos y compartimos lo aprendido. Es así como el mundo se mueve, a veces, a nuestro favor… porque sabemos.
En casa, mientras leía a Volpi 
26 de marzo
Caos. La ciudad es un caos, las personas se vuelven caóticas y el horror se apodera de la situación. La gente agrava el caos. Las calles son intransitables, los lugares sin espacios, la puntualidad no existe y el ánimo es el peor. Todo toma el doble. Mi cabeza también es un caos que opaca el resto, que no me deja pensar más que en el caos de hoy, el de mañana, en de estos próximos días. Hoy la vida de todos es parte del caos.
En una camioneta – Reparaciones en la línea 1 del metro de Caracas 
12 de abril
Es la confianza el acto de mayor humildad que tiene el hombre. Confiar en la palabra del otro, que puede estarle mintiendo, que puede pretender engañarle, pero por alguna razón a veces el hombre decide confiar. Confía en la buena fe, en el respeto, la humanidad; confía en que el otro agradecerá debidamente su confianza. Hasta que lo engañan, le abusan. El hombre conoce la desconfianza y se vuelve celoso, no dando a nadie más su preciada y mal recibida confianza. Y descubre que así le va bien. Pero la vida se empeña y lo obliga, a ratos, a confiar. Allí entra la humildad del hombre.
En casa. 
Alexandra Perdomo

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